Cuando una pieza de metal se oxida puede deberse a su exposición a ciertos elementos que se encuentran en el ambiente, como el agua y la humedad, o también al descuido y mal mantenimiento que le damos a estos elementos en nuestro hogar. Por ello, es importante conocer más acerca de este fenómeno y cómo evitarlo.
¿Qué es la oxidación?
La oxidación es una reacción química que se suscita cuando el oxígeno se combina con otras sustancias y, a través de este proceso, se forman moléculas llamadas óxidos, sobre todo en los metales. Durante este fenómeno químico un átomo, molécula o ión pierde uno o varios electrones y aumentan su carga positiva.
Aunque se trata de una reacción inevitable, lo cierto es que la oxidación puede afectar gravemente la vida útil de nuestros herrajes, así como su estética. Por ello, existen una serie de pasos que recomendamos seguir para evitar la oxidación en los herrajes de nuestras ventanas:
- El material debe ser de alta calidad.
- Limpiar perfectamente el material antes de pintarlo.
- Aplicar como base y en capas uniformes un fondo anticorrosivo.
- No utilizar agua durante su limpieza.
Ventanas de aluminio: ¿la solución?
Hoy en día, el aluminio es reconocido como uno de los metales más versátiles y populares en la industria gracias a sus ventajas: resiste altas temperaturas y a una amplia gama de químicos, además de ser liviano, extremadamente moldeable y no se oxida con facilidad.
Al elegir el aluminio para nuestras ventanas, estamos apostando por un material que resulta perfecto para exteriores, no solo por su estética y propiedades aislantes, también por su alta resistencia a las inclemencias meteorológicas.
Pero, ¿por qué el aluminio no se oxida? Al igual que el resto de los metales, el aluminio puro se vuelve inestable ante la presencia de oxígeno. Sin embargo, la realidad es que a estas alturas el aluminio ya está oxidado.
Durante el proceso de oxidación de este elemento es posible obtener óxido de aluminio, el cual es depositado en la parte exterior del mismo para formar una capa microscópica conocida como alúmina. Esta capa actúa como protección y logra que el material se vuelva muy resistente, manteniéndose en buenas condiciones en cualquier lugar.
Esta ventaja hace que las ventanas hechas con aluminio se conviertan en una de las opciones favoritas de los usuarios, puesto que al estar protegida de los agentes externos requieren mucho menos mantenimiento, alargan su vida útil y durante años se mantienen en las mejores condiciones posibles.
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